martes, 12 de abril de 2016

Actividad 2: El hombre con la piel de oso


ADAPTACIÓN DE CUENTOS EN EDUCACIÓN INFANTIL. EL HOMBRE DE LA PIEL DE OSO

En esta segunda actividad, me gustaría explicar y por supuesto justificar por qué es tan importante adaptar cualquier tipo de narración que vayamos a exponer en el aula. Revisarla antes y adecuarla para la edad de los niños en concreto.

Adaptar un cuento, creo que es beneficioso para el niño por la manera en la que se le transmite el cuento, será mucho más comprensible, más dinámico y más divertido para ellos. Aun así, el poder escuchar una narración oral no solo es satisfactorio para un alumno de infantil, sino que en muchas ocasiones también es de valioso placer para los adultos.

El cuento que hoy voy adaptar se trata de un cuento folclórico, es decir cuentos que son anónimos y que no tienen una versión fija como tal. Antiguamente, se transmitían oralmente. Este cuento se titula el hombre con la piel de oso.

 Es de los hermanos Grimm, dos hermanos Alemanes conocidos por sus cuentos para niños, leyendas alemanas, cuentos de infancia y del hogar (1812-1815), además son reconocidos como fundadores de la filología alemana.


El hombre de la piel de oso

Había una vez hace muchísimo tiempo en un pueblecito en lo alto de las montañas dónde vivía un joven llamado Rodrigo. La familia de Rodrigo era muy muy pobre. Tan pobre que Rodrigo, el hermano pequeño de los tres hermanos de la familia, llevaba muchos días sin conseguir cazar nada en el oscuro bosque, asi que pasaba hambre todos los días.

Rodrigo entonces un día pensó en bajar a la ciudad a buscar un trabajo de provecho. Esa misma mañana, el joven hizo una pequeña maleta con algunos de sus trapejos y se puso en marcha. Buscó y buscó durante varios días en toda la ciudad, en los mercados, en las cuadras
El joven Rodrigo, triste tras su fracaso buscando algún trabajo en la ciudad y por el olvido de sus hermanos mayores, se sentó triste frente al río y se quedó dormido.
Cuando despertó encontró a su lado un pequeño conejo blanco con los ojos tremendamente grandes y rojos. El muchacho suspiró fuerte y dijo:
-Ay conejito, seguro que hasta tú serás más feliz que yo...

Para su gran sorpresa el pequeño conejo le contestó y le dijo: -Podrías ser más feliz si me dejas ayudarte. Rodrigo puso los ojos como platos y asintió con la cabeza. El conejito entonces le explicó:
- Verás joven, soy un conejito de la suerte, y tengo la misión de hacer felices a las personas tristes concediéndoles 2 deseos.
El joven nada más terminar la última palabra de la frase, respondió al conejito de la suerte:
- ¡Perfecto!, Quiero un montón de dinero, quiero ser el más rico del mundo, lo segundo quiero encontrar una preciosa mujer que se case conmigo y seamos felices toda la vida.
¡Para! –Gritó el pequeño conejito. No pienses que conseguir estos deseos va a ser tan sencillo. Tienes que conseguir unos retos para poder tener todas esas riquezas que quieres. 
 
Justificación
 

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